miércoles, 5 de octubre de 2011

FORMACION DE VALORES DEL PROFECIONAL


La formación de valores supone una relación entre la persona en tanto particular, con la comunidad entendida como lo general, de lo interior con lo exterior, es decir, de la interiorización de las normas con las regulaciones y valores comunitarios, de lo individual y lo colectivo, o sea, del reconocimiento de sí mismo con el reconocimiento de valores y normas compartidas y por tanto, legítimas.
 
En la sociedad actual, la formación y la capacitación de las personas es una necesidad. El desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones técnicas y tecnológicas en diferentes ámbitos de la vida del hombre han proyectado el quehacer educativo a un lugar de prioridad. Claro que no siempre ha sido así, fue necesario transitar por una larga historia y arribar a la Revolución Industrial y a la Ilustración para que a fines del siglo XVIII, los sistemas educativos nacionales se constituyeran como una respuesta a la necesidad de universalizar a la educación, en un sentido formal institucional, y con ello, permitir que la educación, bajo el amparo de las leyes nacionales y la rectoría del Estado, pasara a formar parte de lo cotidiano en esa relación cercana entre maestro, alumno, planes y programas de estudio, comunidad escolar y comunidad social que ahora ya son parte de la vida social, cultural y política de los seres humanos y de la sociedad misma.
Es esta inclusión en la vida del hombre que convierte a la educación en un factor determinante del desarrollo de la revolución científico-técnica actual, pasando a ser además objeto de estudio de su propia disciplina, la Pedagogía.
La formación de valores con el tiempo se va haciendo de la siguiente manera:
· De los seis a los siete años, la aceptación de la norma parte de cierta uniformidad percibida, la razón la tiene quien sostiene esta norma.
· De los ocho a los nueve años, la norma es arbitraria, y en consecuencia, convencional.
· De los diez a los once años, la norma es convencional pero reviste autoridad.
· De los doce a los trece años, si la regla es arbitraria es entonces cambiante y si es así, lo que yo opino es lo mejor.
· De los catorce a los dieciséis años, la norma desempeña una función social en tanto  hace que el individuo sea o no parte de un grupo.
· De los diecisiete a los dieciocho años, Las normas se legitiman por su uso, no son más que meras costumbres no cuestionadas.
· De los dieciocho a los veinticinco años, las normas facilitan la interacción social y son resultado del consenso.
· De los veintiséis años en adelante la formación de valores de un profesional ya esta completa. Si no lo es así quiere decir que en cierto periodo de vida de la persona se perdió uno o más valores lo que ocasiona que en varias veces la formación termine arruinándose parcialmente.
La formación de valores, un hecho importante que normalmente se pasa por alto debe de ser considerado con la debida seriedad e importancia ya que si un alumno se educa dentro de los valores sugeridos por su institución de educación superior, será un alumno mejor y un profesionista educado con principios que le beneficiarán a él mismo y a la sociedad dentro de la cual preste sus servicios y se desarrolle.
Los valores que se deben inculcar en los jóvenes dentro de una formación universitaria, considero que deben ser los siguientes:
Un valor fundamental para el estudiante y profesionista del área del diseño es la honestidad. Ya que es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia los demás. La honestidad es una cualidad que buscamos y exigimos en los demás.
Una persona honesta se reconoce por ser siempre sincero en la manera de comportarse, en lo que dice y en sus afectos. Una persona honesta cumple con sus compromisos y obligaciones sin engaños ni trampas. Una persona honesta es fiel a sus promesas y habla siempre con la verdad.
La verdad como valor representa confianza. Representa lo que no se puede negar racionalmente y también representa conformidad de lo que se dice con lo que se siente o piensa. La verdad es una conformidad de las cosas con el concepto mental que hacemos de ellas. Lo contrario de la verdad es la mentira. Un profesionista no debe mentir ya que ello representa un engaño, es una falta de verdad.
La integridad es rectitud, totalidad y plenitud. Una persona íntegra es una persona que obra con rectitud.
La responsabilidad es asumir las tareas y servicios contraídos a favor de los demás y se requiere aprecio y esmero para realizar dichas tareas. Se requiere iniciativa en la solución de dificultades o en la asunción de compromisos en beneficio de los demás
El compromiso es una obligación contraída que espera cumplirse, una promesa que se acuerda y para su realización se requiere de un espíritu de trabajo y colaboración
El respeto es la consideración debida hacia otra persona, hacia una idea.  Es tener una actitud dialogante y apertura a las opiniones ajenas.
La Salud entendida como amor al cuerpo, a la vida y a la naturaleza.
Y la Eficiencia como valor posmoderno que se refiere a la capacidad de lograr los efectos que se desean o esperan haciendo uso de los conocimientos, habilidades, destrezas y valores adquiridos durante la formación profesional.
Como educadores, como formadores debemos inculcar en los jóvenes la búsqueda de ideales, de convicciones o creencias basados en modelos de perfección.
Para terminar me gustaría decir que los valores al igual que las virtudes incluyen siempre amor, amor a las personas, al trabajo, a la vida, a la verdad. Por último deseo agregar una cita de Tagore:
“El Amor es el significado ultimado de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento, es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación”.
 
 Autor mitecnologico.com
 


 Los valores en la formación profesional


 
El acelerado avance científico y tecnológico genera nuevas complejidades en las organizaciones y sistemas productivos, las cuales producen transformaciones en todos los ámbitos y sectores de la sociedad, originando un cambio social y cultural irreversible. Costumbres arraigadas se debilitan, normas y modelos de conductas se transforman con relativa celeridad hacia nuevas relaciones sociales que es preciso afrontar con valores y actitudes que den respuesta al cambio orientándolo hacia el progreso humano.
De lo anterior se deduce que la universidad tiene que formar un profesional con capacidad para enfrentar el reto de la época contemporánea, con conocimientos científicos y técnicos idóneos, portador de valores humanos para un óptimo desempeño como miembro de la sociedad, con una proyección vivencial y laboral
que combine las competencias laborales con las cualidades personales.
La educación en valores en la Educación Superior debe encaminarse fundamentalmente a la formación y al desarrollo de valores profesionales, entendidos éstos como los valores humanos contextualizados y orientados hacia la profesión. Sus significados se relacionan con los requerimientos universales y los particulares de la profesión. Constituyen rasgos de la personalidad profesional y contribuyen a definir una concepción integral del ejercicio de la profesión.
La educación en valores en la formación profesional es el proceso de humanizar e intencional lo social de la profesión en las competencias profesionales. Significa desarrollar la personalidad profesional integral, mediante la modelación del ejercicio profesional en el proceso docente y en toda la vida universitaria para el desarrollo de los futuros modos de actuación profesionales.
Para ello el modelo o aspiración de competencias y actitudes profesionales debe estar definido y debe tener un carácter pluridimensional, que abarca las siguientes dimensiones a desarrollar: intelectual, técnica, ética, estética, política y otras según la profesión, y de otros factores a considerar.
Algunas delas razones que justifican la educación en valores en la formación profesional son:
  • La imagen que de la ciencia y de la tecnología existe en los futuros profesionales, que varía según las concepciones y paradigmas con que se interpreten y comprendan dichos procesos, producto de los contenidos de carrera: conocimientos, enfoques, habilidades, relaciones, comportamientos de los docentes, estilos y maneras de determinar y solucionar problemas de la vida universitaria en general. 
  • La adaptación de los diseños curriculares de las carreras a los cambios científico-tecnológicos y sociales, y su reflejo en los objetos y de los modos de actuación de los futuros profesionales.
El contenido de la formación profesional se refiere a la cultura que debe alcanzar un profesional para ejercer adecuadamente su profesión, y que abarca no sólo los conocimientos científicos y tecnológicos necesarios que respondan a esa rama y objeto del saber y saber hacer específicos, sino a una cultura profesional como resultado de un tipo específico de educación científico-tecnológica, entendida ésta como: el proceso continuo de adquisición de conocimientos teóricos y prácticos y de formación de valores en relación con la práctica tecnocientífica, que propicie una actitud crítica de los aspectos contradictorios presentes en las relaciones entre la actividad científico-tecnológica y las otras formas de actividad social.
En estas condiciones la formación integral y especializada son dos pilares de la profesionalidad. De ahí que la formación sociohumanista en particular adquiera mayor significado en cuanto a la creación de una cultura que permita interpretar el paradigma vigente y lograr el desarrollo sustentable.
La solución se halla en concebir la formación sociohumanista a partir del modelo del profesional, que integre como un todo las posibilidades que brindan las ciencias sociales, naturales y exactas, así como las técnicas, desde enfoques interdisciplinarios y a lo largo de todo el proceso de formación profesional.
La formación sociohumanista es parte del desarrollo de la personalidad, por lo que no puede estar separada ni simplemente añadida al modelo del profesional, sino que es parte intrínseca del desarrollo de valores.

La educación en valores en la formación profesional requiere: 
  • Un modelo del profesional pluridimensional desde una concepción de la profesión que interrelacione la ciencia, la tecnología y la sociedad, haciéndolas portadoras de una cultura integral que revitalice los valores humanos.
  • Una metodología de diseño curricular que parte de un sistema de valores profesionales.
  • Una didáctica que integre los valores al aprendizaje de manera intencionada y consciente, destacando en el contenido el valor como un componente desarrollar, es decir, el significado valorativo de los conocimientos, habilidades y capacidades, del mismo modo que la reflexión del profesor sobre el valor educativo de las acciones en el proceso a través de métodos y técnicas que propicien la participación, la comunicación, las relaciones interpersonales, la autorregulación, etc.
  • Una vinculación entre la actividad académica, la laboral y la investigación en el proceso de formación profesional.
  • Un desarrollo pedagógico, profesional investigativo del profesor que le permita actuar a través del valor del ejemplo.
  • Un ambiente universitario que propicie la educación
Es necesario investigar las particularidades de la educación en valores en los jóvenes y en su etapa de formación profesional para definir las estrategias pedagógicas que correspondan.
Autores: Martha Arana Encilla, Nuria Batista Tejeda y Álvaro Ramos Castro


 



 
 
 

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