martes, 15 de noviembre de 2011

TENDENCIAS MUNDIALES PARA EL DESARROLLO SUSTENTABLE

CUMBRE MUNDIAL DE DESARROLLO SOSTENIBLE.

El lunes 26 de agosto del 2002, se inicio la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo, Sudáfrica. Su objetivo es evaluar la Cumbre de la Tierra celebrada hace diez años en Río y adoptar medidas para lograr un desarrollo apto para las futuras generaciones.
Sin embargo muchos consideran que la solución no saldrá de estas mega reuniones. El ex ministro holandés de cooperación al desarrollo y medio ambiente, Jan Pronk, quien presidió las Cumbres de Cambio Climático, considera una pérdida de tiempo la interminable fila de jefes de gobierno que leen sus declaraciones, reiterando conceptos con mucha retórica y pocos pasos concretos.
El concepto de “desarrollo sostenible” se consagró en la Cumbre sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992. En términos de la ONU se define como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas”, cuyos parámetros centrales son:

  • Crecimiento Económico y Equidad 
  • Conservación de Recursos Naturales 
  • Desarrollo Social
Propósito que apela a la aplicación de tres principios: la precaución preventiva, la solidaridad intergeneracional y entre pueblos del mundo, y la participación social en los mecanismos de decisión.
Las medidas existentes para preservar el medio ambiente -cada vez más frágil- pecan por ser insuficientes. Los buenos propósitos de reducción de la pobreza adoptados en múltiples foros mundiales y regionales se han reducido a papel mojado, pues la lógica de la globalización neoliberal imperante conlleva a una cada vez mayor concentración de la riqueza. Y es así que, se han desvanecido los esfuerzos para impulsar el desarrollo humano y frenar el deterioro del medio ambiente.
Teniendo en cuenta el retroceso que ha sufrido el desarrollo sostenible en estos diez años que han pasado desde la Cumbre de la Tierra de Río, los participantes viajan bastante desalentados a Sudáfrica.
Los balances realizados en una multiplicidad de espacios no gubernamentales, casi sin excepción coinciden en señalar que la aplicación de la Agenda 21 de Río ha sido mínima o nula. Sin embargo, de allí surgieron algunos tratados de importancia.
La Cumbre de desarrollo Sostenible crea, por un lado, ambiciosas expectativas para la solución de los grandes problemas universales pero, por el otro existe una total ausencia de iniciativas para alcanzar ese resultado. Los países ricos viajan con la intención de conseguir objetivos ecológicos, mientras que las naciones en desarrollo consideran que no se puede lograr un desarrollo sostenible sin, por ejemplo, la eliminación de la pobreza.

Uno de los problemas esenciales es que la Cumbre está organizada por las Naciones Unidas, y esta entidad representa cada vez menos a las naciones y más a los gobiernos, especialmente a aquellos que financian a la ONU. El español Juan de Castro trabajó 20 años en la ONU, y frustrado, decidió abandonar la institución y crear el Centro de Estudios Metaeconómicos.

Juan de Castro nos da ejemplos sobre lo que es el desarrollo sostenible. La cumbre de Johannesburgo se presenta muy compleja, aunque tiene el mérito anticipado de que no pasará inadvertida. Y decimos que es compleja porque nada más ni nada menos se refiere a la supervivencia planetaria. No sólo en el sentido de sobrevivencia, sino en la perspectiva de “tener una mejor calidad de vida, basada en valores éticos, culturales y espirituales, y no sólo económicos.

En Johannesburgo no será necesario discutir nuevas ideas ni constatar que el actual desarrollo no es sostenible. Todo ello ya se ha hecho hace 10 años en Río o en la Declaración del Milenio de las naciones Unidas. Lo único que se debe hacer en Sudáfrica es lograr acuerdos para la ejecución de esos planes, incluyendo una dirección hacia donde enviar las facturas de los proyectos. Pero es precisamente allí donde está la piedra en el zapato. A los gobiernos en general, y en particular a los ricos, les gusta hacer demagogia con sus buenos propósitos, pero pocas veces están dispuestos a hacer los esfuerzos económicos necesarios para llevarlos a la práctica.

SISTEMA DE GESTION MEDIOAMBIENTAL DEL D.O

Un Sistema de Gestión Medioambiental (SGMA) es aquella parte del sistema de gestión general que comprende: la estructura organizativa, las responsabilidades, las prácticas, los procedimientos, los procesos y los recursos para determinar y llevar a cabo una política medioambiental.

Los Sistemas de Gestión Medioambiental surgen en la década de los años 90, como instrumentos de carácter voluntario dirigidos a alcanzar un alto nivel de protección del medio ambiente en el marco de un desarrollo sostenible.
Para llevar a cabo la implantación de un Sistema de Gestión Medioambiental en una entidad existen diferentes modelos cuya finalidad es facilitar la estructuración y el desarrollo del Sistema.

El Sistema de Gestión Medioambiental que propone el proyecto Municipio Turístico Sostenible está basado concretamente en el Reglamento Comunitario 761/01 (EMAS). Este Reglamento tiene como fin proporcionar los elementos de un Sistema de Gestión Medioambiental efectivo para ayudar a las organizaciones a conseguir objetivos medioambientales.

Un Sistema de Gestión Medioambiental (SIGMA) se basa en cuatro elementos clave:

1. La gestión medioambiental: Es el instrumento fundamental para ejecutar la política medioambiental del municipio. Se trata de integrar en la gestión municipal, aspectos relativos al medio ambiente, apoyándose en una serie de instrumentos que ayudan a su aplicación: manual interno, programa, evaluaciones medioambientales,… Sin embargo, a diferencia de una aplicación estrictamente normativa, el municipio puede determinar el “ritmo” de aplicación de mejoras medioambientales, las cuales se van realizando de manera continua.

2. Las auditorias medioambientales:  Son un instrumento de gestión que comprende la evaluación sistemática, objetiva, documentada y periódica del funcionamiento del Sistema de gestión medioambiental (organizaciones, procedimientos que aseguren la protección medioambiental y la adecuación de las actuaciones del municipio a sus políticas medioambientales). Es decir, comprueba periódicamente si el Sistema de gestión medioambiental se está aplicando y funciona adecuadamente.

3. Validación: Validación del Sistema de gestión medioambiental por parte de verificadores medioambientales independientes, imparciales y reconocidos para actuar en todo el ámbito comunitario. Esta validación otorga validez oficial en todo el ámbito comunitario al Sistema de gestión medioambiental implantado en el Ayuntamiento.

4. Información: Información al público y a todos los agentes turísticos acerca del comportamiento del Ayuntamiento en materia de medioambiente, a través de la declaración medioambiental.

El Sistema de Gestión Medioambiental se define a partir de la descripción de una política y unos objetivos, en la confección de los cuales se deben tener en cuenta los requisitos legales y la información sobre los aspectos medioambientales que la organización puede controlar y sobre los cuales pueda esperarse que tenga influencia.

Los objetivos del Sistema de Gestión Medioambiental
  • Desarrollan los grandes propósitos generales en materia de comportamiento medioambiental que han sido identificados en la Política de Gestión Medioambiental establecida por el Ayuntamiento.
  • Una vez que el Ayuntamiento ha definido voluntariamente las actuaciones que quiere llevar a cabo en materia medioambiental debe proceder a la implantación de las mismas.
 

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